Maternidad, prioridades y estrategia de liderazgo

La voz de Lucila García Méndez

Motherhood Bonus ✨

“Tanto en la crianza como en el liderazgo, no se trata de adaptarse a algo que no encaja, sino de crear nuevas formas, procesos o modelos que enriquezcan lo que ya existe y permitan a más personas contribuir.

LUCILA GARCÍA MÉNDEZ
CEO ClosinGap

Sigo la labor de ClosinGap desde 2019 y me llamó la atención el perfil de Lucila cuando fue nombrada CEO. Que viniera del mundo de la banca me pareció muy relevante para continuar visibilizando el impacto real de las brechas en la economía, indispensable en esta conversación.

Tuve la oportunidad de participar en la presentación de un informe que ha marcado un antes y un después en este tema:  Brecha de género en la conciliación 2025. En aquellas bellísimas oficinas de Repsol, aunque tenía a muchas personas buscándola, Lucila se tomó un momento para presentarse y me dijo: “Hablemos con un café otro día, más tranquilas”. Pensé que seguramente era una manera de decir, que sería imposible encontrar hueco por las agendas. Pocos días más tarde, estábamos sentadas conversando.

Me encanta su pragmatismo y la simplicidad con la que comunica, con ese punto docente de quienes no dejan pasar la oportunidad de debatir o apuntalar sobre lo que realmente creen, y con la agudeza que dan los años de experiencia de vida y negocio, perceptible en cada frase. Fue una de esas conversaciones que no se olvidan, porque te obligan a repensar lo que dabas por sentado. Volviendo en el taxi decidí que quería que sea parte de este espacio y por suerte, pero sobre todo por su generosidad, aquí la tenemos. Espero la disfrutéis tanto como yo.


P. Lucila, ¿podrías compartir cómo ha sido para ti aprender a gestionar tu tiempo entre la maternidad y el liderazgo profesional?

R: Voy a cambiarte la respuesta, creo que las mujeres no necesitamos mejorar nuestra gestión del tiempo. Mira a tu alrededor, a tu abuela, a la historia de la humanidad. Nosotras inventamos ese concepto.

A veces no reparamos en ello, pero el lenguaje que utilizamos termina configurando nuestro pensamiento y nuestro comportamiento. L@s hij@s no son un proyecto de inversión, a “gestionar” y “eficientar”. Son personas humanas en su fase de desarrollo más importante. Para mí ha sido y es un camino de mucho crecimiento y aprendizaje. Y en este camino he tomado varias decisiones para poder acompañar mejor ese desarrollo. Pasa por el tiempo, desde luego, pero fundamentalmente es un trabajo de mucho autoconocimiento: de mis fortalezas y debilidades, y de desaprender muchos conceptos y construir nuevas versiones mejores. Y pasa, desde luego, por el humor y la alegría. Ser humilde y reírte de ti misma, porque, como dice una amiga mía, te va a tocar “morder el polvo” muchas veces.

P. Por los que hemos compartido, vemos que has decidido marcar límites muy claros en tu agenda. ¿Qué aprendiste en ese proceso y cómo lo has vivido?

R: Para mí era muy importante trabajar alineada con mis valores. Elegir espacios de trabajo y proyectos que me permitieran esta consistencia. Es importante, ser clara con tus necesidades y pedir lo que quieres. Quiero hacer un apunte para reconocer que he sido muy afortunada, y la vida me ha dado la oportunidad de marcar estos límites. Desafortunadamente, esto no está al alcance de todas las madres ni de todas las situaciones.

P. ¿Ha cambiado tu forma de negociar y liderar al convertirte en madre y tener que ser tan rigurosa con tu tiempo y tu foco?

R: Sí ha cambiado. Tus prioridades, tu esfuerzo y tu energía cambian, y con ello también tu estrategia. Lo primero es buscar aliad@s en casa. Si tienes a tus hij@s en pareja, la negociación es clave: ir a la base, qué es importante para l@s dos, por qué elegimos ese tiempo de educación, qué recursos necesita la familia para llevarlo a cabo y cómo se va a repartir de forma equitativa. Esta sigue siendo la asignatura pendiente: las mujeres dedicamos 3,2 horas más al día a este reparto.

Otra dimensión que me interesa, porque creo que es una de nuestras fortalezas, es la creatividad y la innovación. Muchas veces no se trata de adaptarte a algo que no encaja, sino de crear nuevas formas, procesos o modelos que enriquezcan lo que ya existe y permitan a más personas contribuir. Eso es lo que siempre me ha interesado: liderar para el cambio y para las generaciones que vienen detrás, hombres y mujeres.

P. ¿Qué consejo darías a otras mujeres que sienten que deben estar disponibles en todo momento y les cuesta poner límites para ganar calidad de vida?

No suelo dar consejos, porque bastante tengo con dármelos a mí misma —y no creas que siempre me salen bien—. Sí puedo compartir algún aprendizaje, lo que pienso cuando miro a mi yo más joven.

Dediqué un tiempo valioso a gestionar la culpa: por trabajar, por hacerlo mal, por no llegar… Ese tiempo no vuelve. Entendí que soy madre, sí, pero también muchas otras cosas. Y lo más importante: soy humana. Existe el riesgo de disolverse en el proceso de crianza, pero una mujer tiene muchas más dimensiones además de ser madre. Querer crecer en lo profesional, en lo personal, en lo espiritual… Todo eso es importante. Y l@s hij@s están muy atent@s, no a lo que decimos, sino a lo que hacemos. Dar ejemplo de ser una persona completa, que vive una vida que eliges tú —y no la que otros diseñan para ti— les enseña a buscar su propio camino y su libertad.

Lo segundo lo aprendí leyendo uno de esos 400 libros de crianza: el concepto de ser “suficientemente buena”. Nos juzgamos, nos culpamos, y así no se puede criar de forma sana. He cometido cientos de errores con mis hij@s, no soy perfecta. Pero siempre desde el amor. Ese amor incondicional, esa mirada amorosa que tenemos hacia ell@s debemos tenerla también hacia nosotras mismas. Espero que, cuando me recuerden, piensen: “Mamá lo intentó hacer bien y nos quiso mucho”.

P. Si tuvieras que definir en una frase qué es para ti el poder que da la maternidad en el liderazgo, ¿cuál sería?

R. La maternidad es una razón para la esperanza. Expande tu para qué y te ayuda a encontrar tu energía, ponerla al servicio de un bien superior, que son nuestros niños y niñas, tod@s, no los de aquí, los de allá también. Y levantarte todos los días con ganas de dar tu mejor versión. Ell@s lo merecen.


Las palabras de Lucila no solo inspiran, sino que nos invitan a repensar, a accionar y a avanzar con menos culpa en este gran desafío de no disolvernos en la crianza.

De estas conversaciones nace la fuerza que nos ayuda a avanzar.

Un abrazo y hasta la próxima.

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+ BIO
Lucila García Méndez es madre de dos adolescentes —una hija de 17 años y un hijo de 15— y CEO de ClosinGap, la asociación que impulsa el crecimiento económico a través de la igualdad de género. Licenciada en Administración de Empresas y con un Executive MBA por IESE, ha ampliado su formación en instituciones internacionales como Harvard Business School, Singularity University y la Universidad de Cambridge.

Inició su carrera en Bankinter, donde trabajó más de una década en gestión de carteras, asesoramiento financiero e innovación. Posteriormente fue Subdirectora General  de Fundación SERES, liderando planes estratégicos, proyectos de innovación con consultoras globales y representación internacional en foros de la ONU, la OCDE y CECP.

Fundadora de Women for Change y NETWOMENING, es también inversora en startups lideradas por mujeres a través de Women Angels for STEAM. Reconocida ponente internacional, combina su trayectoria profesional con un firme compromiso con la igualdad y el empoderamiento femenino.

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“No quería renunciar, así que aprendí a ser eficiente”.